viernes, 25 de abril de 2008

Capìtulo XIV



Capítulo XIV

“Fundamentos éticos de la presunción de inocencia o la legitimidad del periodismo de denuncia”

Ya son bien conocidas las posibilidades de enfrentamiento entre la justicia y la información, conflicto que pude radicar a veces en la clarificación de la función social que cumplen los medios de comunicación social que en algunos caso pone en evidencia el mal funcionamiento del poder judicial.

Quizá el punto medio que se encuentra en medio de la relación entre poder judicial e información es la presunción de inocencia, por lo consiguiente el respeto a esta presunción presupone y genera la justicia, exigencia que se da por derecho a toda información y el hecho de dejar en claro el concepto de presunción de inocencia en su dimensión ética, ayuda en cierta manera a revitalizar las profesiones informativas y judiciales.

Para la información el sospechoso siempre se convertirá en su esclavo, en este caso el desafío se centra en mantener vigentes e íntegros los derechos humanos sin importar la circunstancia, haciendo énfasis en el derecho a la información y por consiguiente en el de presunción de inocencia.

Sin embargo, la presunción de inocencia aun no se encuentra muy sólida en el ámbito doctrinal y es que en el fondo, las objeciones en sus comienzos eran fundamentalmente de corte ideológico y en menor medida de carácter técnico. Inclusive desde la posición de la crítica, la presunción de inocencia era algo exagerado.

No obstante, es necesario destacar tres aclaraciones fundamentales con respecto a la presunción de inocencia.

La presunción de inocencia no es una verdadera y propia presunción en sentido técnico – jurídico, se trata más bien de una verdad interina o provisional.
Se ha convertido en un derecho fundamental, reconocido en algunas constituciones.
La presunción de inocencia se puede caracterizar por ser un derecho subjetivo público por lo tanto, es un derecho indisponible en su totalidad.

Como conclusión, la presunción de inocencia protege el honor de toda persona acusada en los dos niveles en los que siempre se manifiesta el honor, en su sentido esencial y como sentido existencial.

Las funciones que tiene la presunción de inocencia son:

· Proteger la dignidad de todas las personas
· Proteger el honor personal y familiar
· Preservar la autoridad necesaria para poder impartir justicia con imparcialidad
· La presunción es compatible con algunas limitaciones que se imponen al sospechoso presuntamente inocente, como la prisión preventiva o fianzas que aseguren su libertad condicional.

Ahora, el periodismo y más aun el periodismo de denuncia se ha consolidado por ser difícil, arriesgado, fronterizo con la actividad política y sobre el que recae la posibilidad de quebrantar el principio de presunción de inocencia. El periodismo de denuncia posee ciertas características delimitadoras como:

Es la compilación y difusión pública de hechos bien documentados que hacen referencia a la vida pública.
Radica en mostrar hechos ilegales o comportamientos no éticos llevados a cabo en la vida pública.
Además requiere una especialización profesional y una dedicación intensa.

Finalmente, es necesario dejar en claro que el peligro real y latente del periodismo, no es la supresión de escándalos sino la omisión de informaciones de rutina sobre la dudosa moral de funcionarios públicos cuyos intereses y sus instintos de conservación guardan una cercana relación con los directivos de las instituciones informativas

Capítulo XIII



Capítulo XIII

“Perspectiva Ética de la información publicitaria”

Podríamos comenzar hablando de los significados que tiene la publicidad: como mensaje y como actividad - el cual se basa en las diferentes etapas como la difusión del mensaje, su elaboración y su puesta en forma; la publicidad como modo – es la que consiste en dar forma al mensaje y darle a este unas características cuyos efectos propios son la persuasión; la publicidad como medio- como se puede difundir el mensaje, a través de otros medios o medios publicitarios propios como el correo, las vallas, las etiquetas, etc.

Ahora, es bien sabido que la publicidad tiene un carácter informativo, por lo consiguiente se ve cobijada por el derecho a la información, derecho que al igual que el periodismo, se ve afectada por el derecho a la libertad de empresa y de mercado, es decir que además de cumplir con el derecho a la información, los publicistas y los encargados de la publicidad deben hacer prevalecer el derecho – deber de la empresa de dar a conocer sus servicios o productos.

En la publicidad la verdad se basa en dos puntos básicos: la publicidad verdadera y la publicidad errónea. Para que la publicidad sea verdadera, se debe comenzar por decir la verdad, respetar la condición del ser humano sin intentar manipularlo, engañar al consumidor sobre un producto trayendo consecuencias al mismo, el mentir contribuye a crear un clima de desconfianza social y finalmente, ser conscientes que el engaño afecta la credibilidad de las empresas.

En cuanto a la publicidad errónea se podría decir que ésta puede reflejarse al momento de dar características que no corresponden a una realidad, cuando se emplean términos rebuscados que no permiten la completa asimilación del consumidor y la omisión de informaciones relevantes.

Además de su fin inicial, la publicidad o el derecho a la publicidad debe lograr coordinarse con el resto de los derechos humanos, tener especial prudencia en la elaboración de los mensajes, pues en algunos casos corre el riesgo de atentar contra la divinidad humana, el honor y por supuesto al de la propia imagen y es que el hecho de que la imagen pueda comercializarse puede originar problemas, teniendo en cuenta que la misma persona tiene el derecho a controlar el uso de su imagen.

También es importante resaltar la estrecha relación entre los medios de comunicación y la publicidad la cual en ocasiones puede ser tensa, pero que esta regida por los principios de cooperación e independencia y siempre y cuando los valores que se defienden sean los adecuados.

jueves, 24 de abril de 2008

Capítulo XII


Capítulo XII

“Ética de la Ficción en la comunicación audiovisual”


Desde el momento en el que el periodista comienza a crear historias con ciertas características novelescas, surgen varios cuestionamientos tales como ¿hasta qué punto, conservará la ética periodística? ¿Cómo puede saber el lector qué hechos responden a la realidad y cuáles pertenecen a la ficción? Y es que con el término de ficción no solo se está hablando de lo que proviene de la imaginación y de la capacidad creativa de el autor, también alcanza a abarcar todos aquellos resultados donde no se muestra la realidad tal y como sucedió sino que se da una recreación de ella por diversas razones.

La fidelidad que merece la realidad al momento de ser presentada al espectador, debe responder con sus sonidos e imágenes naturales y es que aunque se presenten de determinada manera, el autor debe tener en cuenta algunos factores como:

• Cómo puede afectar la historia que se va a mostrar a quienes ven la realidad de la cual se da inicio, ya que la responsabilidad ética va más allá de un acuerdo con la otra parte, también hay que tener en cuenta si con la historia de ficción de puede llegar a perjudicar el honor, la intimidad o la imagen de alguna persona en especial.
• Cuál es la finalidad predominante de lo que se está ofreciendo
• Bajo ningún concepto se puede confundir al público, aunque el autor puede incluir modificaciones irreales a su relato, éste tiene la responsabilidad de dar a conocer al espectador lo que ocurrió en realidad.
• Es imposible que el autor de una película explique en que momentos utiliza la realidad y en cuales la ficción.
• La introducción de elementos no reales puede estar justificada de acuerdo a las exigencias del medio y por los requisitos estéticos para crear una obra de arte.
• Otra factor importante es que cuando se crea un mensaje de tipo ficción mixta, es tener claro que cantidad de esa información normalmente puede ser conocida por el público como realidad. Este conocimiento previo que puede tener el público sobre la realidad de la que se está hablando depende de varios factores, sin depender exclusivamente de la cercanía temporal o espacial.

Como conclusión se puede afirmar que la fidelidad a la realidad se puede reflejar en dos deberes: el de ser fiel a la realidad que se está contando y el de ser honestos con el público al que se va a mostrar esa ficción, es decir identificar adecuada y oportunamente la parte que se presenta que es real y la parte que es ficción.

• Que el deber de la sinceridad, adquiere en la comunicación de ficción unas características especiales – El deber de no plagiar, respetar los autores de las obras e identificar las ideas originales propias y las que han nacido del interior de otras.
• Que la comunicación de la ficción audiovisual puede provocar cierto grado de identificación que el espectador puede llegar a verse manipulado sentimentalmente – La manera de relatar la ficción y los recursos utilizados para llevarla a cabo, pueden llegar a hacer que el espectador pierda el sentido de lo que es real y lo que no.

Capítulo XI


Capítulo XI

“En el corazón de la profesión informativa: La ética de las noticias”

El periodista, es el indicado, para buscar y difundir las verdades, pero además investiga, conoce y transmite a los demás la realidad.

En todo el proceso al que el periodista debe someterse, hay dos momentos importantes como el conocimiento y la aprehensión de la realidad para luego darla a conocer en forma de mensaje, es decir, darle vida y mostrarla al receptor ya puesta en forma.

La verdad en la noticia, no es un valor agregado, hace parte fundamental de lo que se define como noticia, en algunos casos hay noticias poco oportunas o irrelevantes, pero jamás puede existir una noticia que no sea verdad ni total ni parcialmente.

Sin embargo, aunque es imposible que las noticias sean toda la verdad, éstas nunca pueden consistir en la no verdad, teniendo en cuenta que la realidad es muy rica, ésta puede ser abordad desde muchos puntos de vista y frentes.

Ahora, por otro lado el hecho de informar no consiste en mostrar todo lo que sucede, ni todo lo que se conoce; es función del periodista hacer una selección de la información, teniendo en cuenta que ésta pertenezca a la vida pública.

En el momento, aparece otra variable para ser tenida en cuenta por los comunicadores y son las diferentes circunstancias del ejercicio como el tiempo, el espacio limitado y la competencia que ejercen presión sobre el periodista, sin embargo ante esas situaciones el verdadero periodista profesional es capaz de realizar bien su trabajo, con la calidad que hace parte de la información. Por otro lado, es función de quien informa no hacer eco de un hecho si no tiene la plena seguridad de que éste sea cierto y si en determinado momento se ve forzado a comunicar algo de lo cual tenga duda, lo podrá hacer, siempre y cuando advierta que no es totalmente seguro.

Como tarea de toda persona encargada de comunicar, esta la de además de conocer e interiorizar la realidad, contarla de una forma en la que el receptor la conozca y entienda, es decir una información que no sea entendida, no tiene ningún sentido comunicarla.

En la posición del periodista se puede llegar a caer en la posición de las mentiras informativas, dichas mentiras pueden ser cometidas en dos momentos: por comisión o por omisión.

En el primer caso las mentiras informativas pueden referirse a hechos, datos, declaraciones, estadísticas, que en ningún momento reflejan el contenido de la noticia; y en cuanto a la mentira por omisión, consiste en guardar silencio a la comunicación de una información que se debería dar a conocer.

Por otra parte, la función del informador no se puede ver limitada únicamente a ofrecer los diferentes puntos de vista sobre un caso en especial, su profesionalismo le da la capacidad de aclarar los hechos y de darles el verdadero sentido que merecen; aclarar con mayor o menor precisión quién dice la verdad y quién no y descifrar y separar lo verdadero de lo falso.

Y es que vale la pena citar a Breisdforff, quien afirma que “el periodista es un hombre en busca de la verdad. No solamente por amor a la verdad sino también por amor a su profesión”.

miércoles, 23 de abril de 2008

Capítulo X


Capítulo X

“La ética de los procedimientos”


En principio, los profesionales encargados de informar deben estar en capacidad para discernir lo que pueden o no hacer y actuar de acuerdo con criterio propio, independientemente de lo que hagan o dejen de hacer los demás.

En este caso, el principio de la ética de los procedimientos es señalar al periodista la obligación de revisar la forma de conseguir la información, ya que en algunos casos los procedimientos para tal función no sean los más adecuados y éticos; es decir que la ética de los procedimientos comienza a plantear la típica frase de si el fin justifica o no los medios empleados.

Y es que el deber de informar no es solo el hecho de dar a conocer la información sino de analizar los procedimientos para la obtención de la misma, es decir que tanto el mensaje final como el procedimiento tienen que ser correctos en sí mismos; por lo tanto el periodista esta en capacidad de determinar si realmente su proceder es malo o incorrecto o si por el contrario la forma de lograr la información no atenta contra las reglas de la ética.

Ahora, revisando los temas relativos a la ética de los procedimientos, éstos no solo radican en robar o mentir o utilizar una cámara oculta, existen otras formas que plantean perplejidades, dudas y comportamientos que atentan contra la ética; algunos de éstos pueden ser: la ocultación de la condición de periodista y cambio de identidad, aunque la ocultación de la condición de periodista está plenamente justificada en determinadas circunstancias, se puede llegar a convertir en un problema cuando se produce un cambio de identidad, esa falsa actitud ante las fuentes y el engaño que se produce tiene consecuencias que pueden llegar a dañar no solo al periodista sino a la profesión en general.

El abuso de confianza, escuchas y cámaras ocultas, la apropiación indebida de documentos, el periodismo de rebaño, entendido como la actuación de algunos periodistas que acuden en masa a ciertos eventos, basando su trabajo en copiar informaciones de otros; la aceptación de regalos o bonificaciones, periodismo de talonario, el cual se presenta en aquellas ocasiones en las que se utiliza el soborno para obtener una información; entrevistas de emboscada, en la cual el periodista se vale de artiñamas o trampas con la idea de que el entrevistado o de quien se desea lograr alguna información caiga en ellas; el plagio de textos y fotos y finalmente la invención de informaciones y creación de acontecimientos, en los cuales el periodista hace uso de su imaginación para crear una historia inventada ya sea en su totalidad o en alguna de sus etapas.


Definitivamente es clara la conclusión, que el periodista es quien lleva sobre sus hombros todo el peso de informar y lo que significa que no puede dejar de actuar y tomarse más tiempo del que dispone para ejercer su función, pero que además tiene que encontrar el criterio y la decisión ética donde no puede haber cabida para dudas y mucho menos a un proceder poco ético.

Capítulo IX

Capítulo IX

“Informar con honor: El desafío”


El honor, como concepto y realidad hace parte de todos los niveles humanísticos. La definición de honor, radica en la variedad y también en la oposición de las fuentes que lo han ido formando.

Ahora, vinculado el concepto de honor al ejercicio de la información, para algunas empresas informativas y algunos periodistas, la interpretación del concepto de honor, se convierte en una amenaza para el libre ejercicio de la información.

El público y la sociedad en general, consideran que se encuentran desprotegidos del derecho al honor, debido a los supuestos ataques por parte de los medios informativos. Y por otro lado, el poder trabaja en el fortalecimiento de la defensa del derecho al honor, aunque detrás de esto lo que busca es quitarse de encima la función fiscalizadora de los periodistas.

Ahora, la información, reconocida como un derecho humano, busca adecuarse y coordinarse con el derecho al honor, pero es necesario comenzar a depurar el concepto de honor y diferenciarlo de otros conceptos similares, además que ésta coordinación tiene incluidos aspectos éticos y jurídicos que resultan insustituibles

El valor esencial del cual parte el honor es el de la dignidad humana, dignidad que debe aclararse de acuerdo a su doble sentido; el primero el de dignidad ontológica que consiste en el valor que cada hombre tiene por creación y la dignidad moral el cual nace en el hombre como consecuencia de su capacidad de autoperfección.

El honor también posee dos niveles, uno como crédito moral, el cual consiste en confiar, confianza en que el hombre sea reconocido sin discriminación por los demás hombres y por consiguiente que el hombre pueda asumir libremente el cumplimiento de sus deberes consigo mismo y con los demás. Por otro lado el honor como proyección de todo valor, los valores que en un momento dado han fundamentado el concepto social del honor.

El honor por lo tanto, es uno de los puentes de unión entre las personas y la sociedad, convirtiéndose en un instrumento fundamental para la construcción de sociedades. Esa construcción se puede ver afectada por el ataque desde los medios de comunicación y con los medios de comunicación, ya sea informando sin respeto a las personas o informando sin adecuación a la realidad moral de una persona.

La información puede llegar a destruir el honor al faltar a la verdad, al faltar al honor en sus dos niveles, el honor como crédito moral y el honor como proyección de todo valor; una información que no respeta el honor en sentido moral niega los valores reales de la persona.

martes, 22 de abril de 2008

Capìtulo VIII




Capítulo VIII

“La información de lo público, lo privado y lo íntimo”


partiendo desde el punto de lo que es o no objeto de información y comunicación pública, es importante señalar que existen tres categorías: lo público, lo privado y lo íntimo y que además existen diferencias marcadas entre estas tres, diferencias de orden cultural.

En primer lugar lo íntimo puede llegar a ser informable si se dan las condiciones como el hecho de que la intimidad haya sido exteriorizada libremente y que esa exteriorización tenga relevancia comunitaria.

Lo privado, por su parte, no tiene la opción de ser información pública, solo si existe la legitimidad de transferirlo al ámbito público, pero solo si lo privado tiene una relación o conexión directa con lo público.

Y finalmente, lo público, es el ámbito propio de la comunicación por lo consiguiente debe tratarse de manera pública.

Volviendo a la categoría de la intimidad, se puede decir que ésta existe en la medida en que el hombre es consciente de ella y comprende su sentido, como lo señala González Gaitano, “ la intimidad o es ni la vida privada ni la pública, pero en toda vida, está presente la intimidad y debe ser respetada.

Desde el punto de vista informativo, la intimidad puede llegar a destruirse cuando ésta es conocida por otro, a partir de ese momento deja de ser intimidad y no puede volver a serlo, es decir que sólo la voluntad personal puede convertir la intimidad en información.

Volviendo al ámbito privado y público, solo lo excepcionalmente privado es informable, el principio de que no puede ser vulnerada por la información pública la vida privada, constituye la regla general; en primer lugar porque la vida privada siempre tiene un valor ejemplar social y una influencia en el comportamiento público.

La comunicación pública se justifica pues precisamente su objetivo es dar a conocer las cosas públicas, es decir que la comunicación no existe sin la presencia del ámbito público, pero tampoco existe la comunidad sin la mediación de la comunicación pública.

Podríamos concluir que los medios de información hacen parte de lo público, por naturaleza, independientemente de si son o no, manejados por entes públicos o privados y como parte de esa naturaleza, su función consiste en decidir qué es lo íntimo, lo privado y lo público para efectos de informar.

Capítulo VII

Capítulo VII

“La Pasión de dar la vida”


Ya todos sabemos de antemano que la vida es, quizá, el derecho más importante del ser humano, ahora puesto a la luz del ejercicio de la información, la primera conclusión puede ser la de representar un signo de responsabilidad y de sentido común, proyectarse las razones del vivir propio y ajeno, la vida es el requisito más importante de todo lo demás quizá por esa razón es lo más fundamental que ha existido en todos los tiempos.

Sin embrago a la par, existen posiciones antivitales, que nacen a partir de pensamientos o ideologías filosóficas individualistas, basadas en hacer creer que la vida es un bien disponible y que además pasa a convertir al ser humano en un objeto de manipulación propio o ajeno.

La lista de los múltiples planos que contiene la vida humana se manifiesta en su riqueza tanto material como espiritual y pueden llegar a ser útiles para evitar la concepción de reducir la vida a un único nivel, dejando a un lado el carácter omnidimensional de la vida del hombre. Por tanto, la vida, considerada como un derecho, no puede verse reflejada solo en una posición biológica, dejando a un lado su dimensión espiritual y lo que implica realmente el concepto de vida como unidad de cuerpo y alma racional.

Ahora, el concepto de ética aparece marcado por la manifestación en la agresividad de ciertos comportamientos como lo son los procedimientos médicos, en la obsesión por mantener en forma el sistema biológico a cualquier precio. Esa es la llamada ética que basa su satisfacción en las funciones corporales y que justifica acciones tales como la eutanasia o el suicidio y se llega a comprender entonces la desaparición del ser humano como un proceder ventajoso.

En conformidad con el concepto científico de vida, ésta comienza desde el momento en el que se funden los gametos de los progenitores, es decir que ante los intensos esfuerzos que se han realizado para disolver el valor de la vida humana, también se ha comenzado a insensibilizar la conciencia de las personas y se ha abierto el paso a prácticas como el aborto, en la cual el hijo no deseado, no planeado tiene como único fin el no nacer. Ahora más recientemente el otro concepto al que se le ha dado cabida en la sociedad es al de la eutanasia, bajo la excusa de ahorrar sufrimiento a las personas, particularmente si éstos son producidos por una enfermedad incurable.

Ahora, también es claro que la información debe estar puesta al servicio de la vida y no a las acciones que atenten contra ésta, sin embargo algunos mensajes informativos han contribuido a fortalecer las practicas que atentan contra este derecho y es que el matar no es solo quitar la vida, sino también sugerir, ayudar o favorecer le ejecución de una muerte. La invitación esta puesta para censurar las prácticas abortivas o destructivas, dejando en claro que la información jamás puede estar puesta al servicio de la deshumanización, ni al servicio de la cultura de la muerte, sino al servicio de la vida.

lunes, 21 de abril de 2008

Links Relacionados

http://www.saladeprensa.org/art656.htm

Programa de la cátedra de Ética Profesional - Profesor Pablo Alamo

Informar sobre lo intimo, lo privado y lo público

Derecho a la in formación en Colombia

Ética y Periodismo

La verdad periodistica

Capítulo VI














Capítulo VI

“La armonización entre el derecho a la información y los demás derechos humanos: no al canibalismo jurídico”


El reto de la vida actual, de la relación del derecho a la información y de los demás derechos es el de coordinarlos entre si, es decir ni el derecho a la información ni el derecho a la vida, ni el derecho al honor, ni el derecho a la intimidad y la vida privada, ni el derecho a la propia imagen; puede pasar por encima de los otros.

Desde este punto de vista, la harmonización de las diferentes libertades en la esfera pública equivale a su limitación desde fuera, desde la esfera del poder, desde el cual se pueden llegar a limitar y a convertir en utopía estas libertades.

Por eso, los derechos humanos no deben ser jurídicamente desvirtuados. El deterioro se presenta en aquellas posiciones doctrinales, legales que se dedican a producir un canibalismo jurídico. Canibalismo cuyo fin es el de dar la oportunidad a un derecho de acabar o sobre pasar cobre otro derecho humano; como por ejemplo cuando se dice exaltan los derechos al honor, a la intimidad y la vida privada sobre el derecho a la información.

Lo fundamental es hacer prevalecer la naturaleza y el sentido de los derechos humanos de vivir, convivir y coexistir entre sí íntegramente, cuyo sentido final es la armonía, no su sacrificio o su descuartizamiento.

Capítulo V





Capítulo V

“La ética de las relaciones públicas”


Es cierto que algunas críticas que se han expuesto en contra de las relaciones públicas van encaminadas a desaprobar las malas prácticas de una parte de sus profesionales, pero además la inclusión de nuevas y distintas actividades que se han acogido bajo esta rama que lo único que han hecho es contribuir a desfigurar el sentido único de las mismas.

Las relaciones públicas, se pueden entender como una actividad meramente comunicativa, es el hecho de satisfacer el derecho a la comunicación y a la información del público, sin llegar a ser del mismo modo como lo hace el periodismo.

En el caso de las relaciones publicas se trata de proveer información que nace en las organizaciones (empresas, instituciones, sociedades, grupos sociales, etc), es decir personas jurídicas que tienen las mismas facultades que las naturales de investigar, difundir y recibir que integran el derecho a la información.

Las organizaciones no informativas necesitan la información para introducirse en la comunidad, darse a conocer con las personas que de alguna u otra manera se ven afectadas por su actividad; se podría decir que el objetivo de las relaciones públicas con estas empresas es lograr el entendimiento con sus públicos, a través de la información, de los fines de la empresa y de las actuaciones que lleva a cabo en el entorno social, el resultado que se espera obtener es el de crear un estado de opinión favorable de la organización.

Las relaciones públicas también deben enfrentarse a diversos retos éticos, como los son el tener en cuenta los intereses de diferentes grupos que se ven afectados directamente o indirectamente por ellas. Interese que pueden o no coincidir entre si. Por ejemplo el cliente para el que se trabaja, la empresa a la que se pertenece, el público con el que hay que entrar en relación y los colegas de la profesión.

En las relaciones públicas puede no darse a conocer toda la verdad, cuando esta omisión no afecte al receptor, ni tampoco impidan la función probatoria del mensaje de relaciones públicas.

Por otro lado es clave destacar la estrecha relación entre los medios y las relaciones públicas, ya que hay radica en buena parte la función de ser mediadores entre las organizaciones y el público. Si las informaciones facilitadas por las relaciones públicas tienen inicialmente interés para una redacción, el medio despliega todas sus herramientas sobre este tema.

En resumidas palabras, los medios y las relaciones públicas forman un equipo, que se basa en los principios de independencia mutua, cooperación y mutua lealtad a la naturaleza propia de estas dos manifestaciones de la comunicación.

domingo, 20 de abril de 2008

Capítulo IV

Capitulo IV “La ética en las organizaciones informativas: la actuación en conciencia”



Es necesario decir que la conciencia es personal e intransferible. Por lo consiguiente en el campo ético, el periodista es el responsable de sus acciones personales ante su conciencia; por ésta razón los encargados de informar necesitan libertad, necesitan poder comprometerse, lo que equivale a poder actuar con libertad, con conciencia y a conciencia; características que deben estar presentes al interior de las organizaciones para las cuales laboran. La conciencia constituye un acto, un juicio, un dictamen del entendimiento práctico del hombre, que califica como ético o no una acción u omisión; en el caso de los informadores se convierte en la exigencia propia de la naturaleza de la información: qué es, porqué es y para qué es la información. El actuar éticamente y a conciencia se puede manifestar de diferentes maneras: la obligación de formarse éticamente, la obligación de seguir la conciencia personal bien formada, la obligación de no coaccionar la conciencia ajena y el hecho de ser consciente de que el juicio de la conciencia no es infalible. Ahora se puede plantear como otro de los conflictos éticos que pueden surgir entre la conciencia personal del periodista y la organización, nace de la falta de armonía entre la ética de la organización y la del periodista. Informar obliga al periodista a ser sincero consigo mismo, ano ir en contra de su propia conciencia, a ser leal con los principios editoriales y éticos que cimientan la organización. Para algunas organizaciones informativas, la objeción de la conciencia entra en juego cuando a algún miembro de la redacción se le impone la realización de algún trabajo que él mismo considere que vulnera los principios de su conciencia profesional; éste tipo de actos dan el derecho a los periodistas a negarse a colaborar en la realización de informaciones contrarias a sus convicciones o a los principios éticos y profesionales del periodismo.

Capítulo III


Capítulo III

“Enfermedades síquicas de la ética de las empresas informativas”



Podríamos iniciar este capítulo, señalando que la ética en las organizaciones informativas, debe ser construida desde sus cimientos, éstas mal que bien, tienen referencias éticas y por lo consiguiente luchan por trabajar éticamente, muchas de ellas, por no decir que todas, nacieron, se fortalecieron y se mantienen bajo el fundamento de la ética. Muchos propietarios, editores y periodistas sienten y son conscientes de sus responsabilidades éticas.

Sin embrago, al interior de las organizaciones informativas, ha crecido el síndrome de delegar la responsabilidad; por ejemplo a los periodistas se les solicita mantener una ética por las informaciones que provee y éstos se liberan, argumentando que la responsabilidad no es directamente de ellos sino de las fuentes de información o que la tienen los directores del medio para el cual labora, quienes en últimas tienen el poder de decisión de marcar el estilo ético informativo.

En este caso la ética informativa no es solo cuestión de periodistas o directivos, es un tema que debe ser el eje central de funcionamiento de toda la organización informativa, por que en últimas afecta el trabajo y el nombre de quienes hacen parte de la misma. Es claro que podríamos comenzar a hablar del término de esquizofrenia ética donde se llega a deformar la figura del periodista y se comienza a convertir a las salas de redacción en salas de clínica informativa.

Por una parte, el periodista puede llegar a entrar en conflicto con su ética profesional y la cultura de la empresa para la cual labora, llegando a refugiarse en un escepticismo frustrante y deformador y por otro lado la falta de ética empresarial termina por degradar y dejarse aplastar ante las presiones del poder o de los poderosos.

Ahora aparece otra enfermedad presente en las empresas informativas, la cual radica en afirmar que la calidad de la información no vende, una posición bastante pesimista y oscura que se convierte en un obstáculo para replantear la ética en la información, argumentando que las cosas bien hechas no son rentables, por lo consiguiente no vale la pena luchar por conseguir una calidad en la información, traduciéndose en fomentar la desinformación, el fraude informativo, el amarillismo, etc.

Las empresas informativas deben dejar a un lado el dilema e información o beneficios, la cuestión no es decidir entre éstas dos, la idea es plantearse la posibilidad de que las dos caminen de la mano. El deber profesional de informar y el ético de lucrarse hacen parte del mismo deber, es claro que en cualquier tipo de empresas están presentes dos dimensiones, la económica y la social.

Finalmente la tarea para todas las instituciones informativas es la de integrar la sensibilidad de todos los que hacen parte de la misma hacia un periodismo de calidad, con un sentido de construcción en comunidad por el fin común de ganar dinero; esta ética unitaria tiene dos objetivos que la componen: dar a la empresa principios editoriales y éticos claros y reconocer las singulares características que tiene la relación de trabajo de los periodistas.

Podríamos concluir este capítulo diciendo que no solo se requiere la prestación del servicio laboral del periodista sino que este servicio tenga una dirección concreta; marcada por los principios editoriales y éticos de la empresa informativa a la cual pertenece.

sábado, 19 de abril de 2008

Capitulo II


Capítulo II

“Hacia una ética informativa abierta”

En la actualidad la ética, esta siendo manipulada para ser convertida en un instrumento de poder, como una cortina de humo cuyo objetivo es reducir la presión de la crítica periodística sobre los sectores más sobresalientes de la vida pública.
Por otro lado, la ética no es solo la herramienta de la cual se valen muchos para mantener o conseguir el poder en la vida pública, también ha sido parte del mercantilismo, centrando su labor en atender supuestas o reales demandas, simplemente porque son demandas.

Ahora viene, quizá, el comportamiento más bajo al que ha llegado la ética informativa, el de el fin justifica los medios, donde se busca la información a cualquier precio, donde se compita para ver quien llega primero a cualquier precio, buscando la exaltación del propio ego.

Ahora, el desafío de mejorar sustancialmente la calidad informativa, está en relación directa con la mejora de la ética profesional, donde además comienza a entrar en juego la credibilidad del periodista, que es realmente necesaria para cumplir debidamente el deber profesional de informar, es cumplir con el objetivo natural de la información, el cual no es el de la búsqueda de poder sino un derecho fundamental de la sociedad, el cual se encuentra en las manos, principalmente de los periodistas y de los empresarios de la información.

De acuerdo a lo anterior, la profesión de la información, será reconocida como tal por la sociedad, si además de tener una técnica y una forma de comunicarse, mantiene una ética común en su comportamiento, un comportamiento que el público puede y debe esperar en la actuación de los profesionales que son periodistas.

Por todo esto, no es sufiente con concertar los criterios ético, es necesario revisarlos constantemente, pero además también es necesario ser capaces de responder éticamente a los problemas que la vida y la sociedad actual vayan revelando.

Capítulo I


Capitulo I

“El Aprendizaje de la ética: La Connaturalidad del ejemplo”.



Es importante comenzar diciendo que el alma del periodismo, esta compuesta por un sin número de elementos que hacen vibrar los sentidos tanto de la gente joven y/o madura, siempre y cuando éstos no se dejen atrapar por el escepticismo, la burocratización o la desesperanza de la vida actual.

Sin embargo, el alma del periodismo es y seguirá siendo la base fundamental de todas las profesiones informativas, pero ésta debe entrar en la era de la revolución, una revolución enfocada en tres aspectos: la revolución de los contenidos informativos, la revolución de las organizaciones, y la revolución de la ética de la información.

Ahora, enfaticémonos en la revolución de la ética informativa, esa ética que se encuentra, actualmente, rodeada por la constante crítica los medios , la cual impide, en gran medida, entender que el verdadero problema es mejorar la calidad de la información y por otro lado otras veces se produce un cambio en las cuestiones debatidas, tomando así como importante algo que no lo es.

Quizá a llegado el momento de la ética por connaturalidad, ese reto de plantear una nueva ética para un nuevo grupo de informadores, cuyo principal objetivo es el aprender a comunicar ideas, sin la intención de comunicar nada, es decir comunicar una ética sin engrandecer los sentimientos ni agregarles tintes de lucha por el poder.

El nuevo informador debe, primero que todo, entender que la ética de la información no se elabora desde la arrogancia de una pretendida superioridad y que ésta no es una construcción suprema de la información. La información que realmente lo sea, es una información ética; es decir que la verdadera ética de la información surge de la misma información, desde su significado más primario y esencial, desde el núcleo duro del fenómeno informativo.

En la sociedad actual, se ha ido introduciendo la concepción de que el verdadero profesional del periodismo es duro, despegado, insensible y que además éste es el único medio o la única opción para sobrevivir a la selva de la vida pública y a la competencia desmedida por el reconocimiento; dejando a un lado que el verdadero periodismo o la verdadera razón de la información es la pasión por la búsqueda de todo lo que sirve al hombre y a la sociedad, porque es verdad; es amar desmedidamente a la libertad, para combatir la ignorancia, que, en últimas, causa estragos en la información, en la ética y en la libertad.

viernes, 18 de abril de 2008

Bienvenida

Bienvenidos a este Blog, creado como contenido especial de la càtedra de Ética Profesional, a cargo del profesor Pablo Alamo, de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de La Sabana. En esta ocasión se analizará la obra del señor Carlos Soria en esta "Laberinto Informativo: Una Salida Ética".

Nuevamente bienvenidos.