viernes, 25 de abril de 2008

Capítulo XIII



Capítulo XIII

“Perspectiva Ética de la información publicitaria”

Podríamos comenzar hablando de los significados que tiene la publicidad: como mensaje y como actividad - el cual se basa en las diferentes etapas como la difusión del mensaje, su elaboración y su puesta en forma; la publicidad como modo – es la que consiste en dar forma al mensaje y darle a este unas características cuyos efectos propios son la persuasión; la publicidad como medio- como se puede difundir el mensaje, a través de otros medios o medios publicitarios propios como el correo, las vallas, las etiquetas, etc.

Ahora, es bien sabido que la publicidad tiene un carácter informativo, por lo consiguiente se ve cobijada por el derecho a la información, derecho que al igual que el periodismo, se ve afectada por el derecho a la libertad de empresa y de mercado, es decir que además de cumplir con el derecho a la información, los publicistas y los encargados de la publicidad deben hacer prevalecer el derecho – deber de la empresa de dar a conocer sus servicios o productos.

En la publicidad la verdad se basa en dos puntos básicos: la publicidad verdadera y la publicidad errónea. Para que la publicidad sea verdadera, se debe comenzar por decir la verdad, respetar la condición del ser humano sin intentar manipularlo, engañar al consumidor sobre un producto trayendo consecuencias al mismo, el mentir contribuye a crear un clima de desconfianza social y finalmente, ser conscientes que el engaño afecta la credibilidad de las empresas.

En cuanto a la publicidad errónea se podría decir que ésta puede reflejarse al momento de dar características que no corresponden a una realidad, cuando se emplean términos rebuscados que no permiten la completa asimilación del consumidor y la omisión de informaciones relevantes.

Además de su fin inicial, la publicidad o el derecho a la publicidad debe lograr coordinarse con el resto de los derechos humanos, tener especial prudencia en la elaboración de los mensajes, pues en algunos casos corre el riesgo de atentar contra la divinidad humana, el honor y por supuesto al de la propia imagen y es que el hecho de que la imagen pueda comercializarse puede originar problemas, teniendo en cuenta que la misma persona tiene el derecho a controlar el uso de su imagen.

También es importante resaltar la estrecha relación entre los medios de comunicación y la publicidad la cual en ocasiones puede ser tensa, pero que esta regida por los principios de cooperación e independencia y siempre y cuando los valores que se defienden sean los adecuados.

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