
Capítulo II
“Hacia una ética informativa abierta”
En la actualidad la ética, esta siendo manipulada para ser convertida en un instrumento de poder, como una cortina de humo cuyo objetivo es reducir la presión de la crítica periodística sobre los sectores más sobresalientes de la vida pública.
Por otro lado, la ética no es solo la herramienta de la cual se valen muchos para mantener o conseguir el poder en la vida pública, también ha sido parte del mercantilismo, centrando su labor en atender supuestas o reales demandas, simplemente porque son demandas.
Ahora viene, quizá, el comportamiento más bajo al que ha llegado la ética informativa, el de el fin justifica los medios, donde se busca la información a cualquier precio, donde se compita para ver quien llega primero a cualquier precio, buscando la exaltación del propio ego.
Ahora, el desafío de mejorar sustancialmente la calidad informativa, está en relación directa con la mejora de la ética profesional, donde además comienza a entrar en juego la credibilidad del periodista, que es realmente necesaria para cumplir debidamente el deber profesional de informar, es cumplir con el objetivo natural de la información, el cual no es el de la búsqueda de poder sino un derecho fundamental de la sociedad, el cual se encuentra en las manos, principalmente de los periodistas y de los empresarios de la información.
De acuerdo a lo anterior, la profesión de la información, será reconocida como tal por la sociedad, si además de tener una técnica y una forma de comunicarse, mantiene una ética común en su comportamiento, un comportamiento que el público puede y debe esperar en la actuación de los profesionales que son periodistas.
Por todo esto, no es sufiente con concertar los criterios ético, es necesario revisarlos constantemente, pero además también es necesario ser capaces de responder éticamente a los problemas que la vida y la sociedad actual vayan revelando.
“Hacia una ética informativa abierta”
En la actualidad la ética, esta siendo manipulada para ser convertida en un instrumento de poder, como una cortina de humo cuyo objetivo es reducir la presión de la crítica periodística sobre los sectores más sobresalientes de la vida pública.
Por otro lado, la ética no es solo la herramienta de la cual se valen muchos para mantener o conseguir el poder en la vida pública, también ha sido parte del mercantilismo, centrando su labor en atender supuestas o reales demandas, simplemente porque son demandas.
Ahora viene, quizá, el comportamiento más bajo al que ha llegado la ética informativa, el de el fin justifica los medios, donde se busca la información a cualquier precio, donde se compita para ver quien llega primero a cualquier precio, buscando la exaltación del propio ego.
Ahora, el desafío de mejorar sustancialmente la calidad informativa, está en relación directa con la mejora de la ética profesional, donde además comienza a entrar en juego la credibilidad del periodista, que es realmente necesaria para cumplir debidamente el deber profesional de informar, es cumplir con el objetivo natural de la información, el cual no es el de la búsqueda de poder sino un derecho fundamental de la sociedad, el cual se encuentra en las manos, principalmente de los periodistas y de los empresarios de la información.
De acuerdo a lo anterior, la profesión de la información, será reconocida como tal por la sociedad, si además de tener una técnica y una forma de comunicarse, mantiene una ética común en su comportamiento, un comportamiento que el público puede y debe esperar en la actuación de los profesionales que son periodistas.
Por todo esto, no es sufiente con concertar los criterios ético, es necesario revisarlos constantemente, pero además también es necesario ser capaces de responder éticamente a los problemas que la vida y la sociedad actual vayan revelando.
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